Praxis de poder morboso
machismo ancestral
música metálica de fuego
tú y yo norma tolerada
pasatiempo imprudente
coqueteo en el requiebro
entre pasos y balanceo
Una catarsis, un desahogo
yunta en acción cimbreante
obligada, acompasada
de requerido dominio y sumisión
ir y venir sobre molinete,
en volutas de arrebato
al son de latidos desbocados.
Me frenas, me traes, me llevas
me tocas... vibro, oscilo...
me miras... sonrió, rubor...
tu esencia en velado dialecto...
en silencio y en nítido aullido
exige a mi cuerpo someterse...
este juega, obedece, si, no...
Tu mirada burlona y tierna
lee la intención, mi juego,
recobras tu prerrogativa
lo doblegas con benevolencia
como el aire al junco
él se extasía y sublima
cede al yugo y el deleite.
Acceso a lo prohibido
ojos expectantes de cabriolas
atmósfera sensual...
en el interior del bullicio,
sexualidad en penumbra lasciva
cuerpos sudorosos en movimiento
tú y yo observados y no vistos...
En juego secreto de sexo y posesión
verdugo y victima en aquiescencia
júbilo en contacto de pieles
sentidos enervados y atentos
tú y yo en uno solo
ejecutando figuras y arte,
deslizándonos en la existencia
domingo, 29 de noviembre de 2009
jueves, 8 de enero de 2009
Sentir en positivo
Fuera hace frío, un frío intenso, con una vehemencia insospechada por hacerse notar. Los noticiarios no paran de hablarnos de fríos polares y de mostrarnos postales nevadas o carreteras cortadas. Cierto es que hacia muchísimos años que no vivíamos un invierno tan crudo, pero hoy mis sensaciones sobre cosas sencillas como una taza de café, o el acurrucarse bajo un buen edredón, o simplemente llegar a casa, se han incrementado. Se han hecho mas patentes y agradables que de cotidiano, hasta el punto de regodearme en ellas, haciendo que se ralentizaran esos instantes para saborearlos. Normalmente vamos tan deprisa que no gozamos de esas pequeñas sensaciones que nos reconfortan, y los días pasan uno tras otro agobiándonos con lo que tenemos que hacer o lo que no nos ha dado tiempo a hacer. Solo pensamos y sentimos en estrés y con estrés. Nos privamos de sentir esos pequeños detalles placenteros porque tenemos prisa y al final del día nos vamos a dormir con sensación de cansancio, pensando en lo que debemos hacer mañana. Pues hoy para mi no es así, hoy me voy a dormir con esa sensación agradable de haber vivido un día placentero. Deseo que tengáis muchos días así, placenteros, donde no prime en vuestra mente lo malo que ha pasado, pero si, aquello que os resulte agradable.
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